
Así es cómo el arte nos obliga a reflexionar sobre la era nuclear. Caminamos por una galería y encontramos un hueco vacío en la pared. En él debería estar alojada una caja con deshechos nucleares, que la artista y la agencia ROSATOM enterraron a las afueras de Moscú. La caja no podrá salir de su escondite nuclear hasta dentro de 999 años, una perspectiva temporal que nos obliga a preguntarnos si la humanidad sobrevivirá para poder contemplarla.
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